Breathe

Breathe
Nunca ha habido nada, pero todo lo que hay es mío.

9.30.2007

Vegetarian Strikes Back.

Ayer le digo a un viejo conocido surrealista (de neo vanguardia-nihilista): pensar que aquellos lugares que nuclean a los animales como un mero producto comercial que nace y muere para hacer dinero son exactamente campos de concentración nazi de vida animal.

Y me dice una nena (tan bonita): callate, vegana.

Replico: ya no lo soy, tuve que empezar a comer carne...

Me dice el viejo vanguardista: entonces la estructura de tu discurso es una falacia.

Ahora imagino mi tapa de nalga con ojos y rumiando.

Está mechada, igual que mis ideales.

Me como el relleno de espinacas con zanahoria y morrón.

Tiro la carne a la basura.

Decido que tengo que ser fiel a mis creencias.

9.22.2007

Ahora no te voto nada. ¡Forra!

Luego de ver ese cochino carro con luces de neón fluorescentes color naranja y esa cumbia de fondo con el cartel "Cristina, Sciolli, Quindimil" decidí que no merece mi voto.

La política es también una cuestión estética.

Y soy exigente.

9.16.2007

Los, Sumamente, Detesto.

Ayer, día de p_ _ _ _ _ _ _ _ _ (palabra de 10 letras que expresa el efecto de la... algo relacionado con "clavícula púrupra"... x code talking), deduje, entre delirios de grandeza, que quiero comenzar un proyecto de ley.

El flash fue el siguiente: me encontré con una amiga militante del PO que contaba que se juntaban de diferentes partidos (tanto de izquierda como de derecha) y hacían un gran debate (léase: se agarraban de los pelos con la gente religiosa) respecto de qué postura presentarán los distintos diputados representantes de cada partido acerca de diversos temas. Este año, el núcleo giraba en torno al aborto presentando un proyecto de ley de educación sexual, repartición de anticonceptivos (bueno, ya existe la repartición de anticonceptivos, de hecho me he divertido mucho en mi vida quejándome con esa gente de que no repartían “preservativos para lesbianas”… ¡pero valen 10 pesos! ¿pero cómo me cuido del hiv?... siendo que cualquiera que me conozca sabe que yo no pongo mi lengua sobre el plástico. Norma interna.) y educación sexual.

Bien. Yo quenoentiendíanada (digamos… “presentamos un proyecto de ley y nos reunimos, consta de 4 días seguidos la jornada en el que se debate el núcleo central y el problema es el transporte” y yo: ¿lo qué? ¿jornada de transporte de qué? ¿trasporte no suena muy europeo? ¿qué es lo trans? ¿el porte de qué, acaso estamos en una feria canina de caniches toy? ¿los núcleos no son siempre centrales? Si hablan de núcleo, entonces hay periferia, ¿cuál es la periferia del proyecto de ley? Para. ¿la periferia de Córdoba no es Buenos Aires? Peri feriaaa peri feria, la feria de pera, ¿lo qué? ¿que el transporte a dónde? ¿al senado? ¿el senado queda en Córdoba? ¡Yo juro que ví al senado en Buenos Aires! Espera a a a a que no sigo el hilo de la conversación… “trasporte a córdoba”… ¿por qué hablamos de transporte a Córdoba? ¿Nos vamos a Córdoba? Interrelacionar: córdoba ¿dónde queda? Transporte ¿cómo mierda se llega a Córdoba? ¿Qué carajo hacen los senadores en Córdoba? Senado ¿qué mierda se hace en un senado? Senado, cenado, cenar… meperdílaputamadre… para, me siguen hablando, ¿de qué carajo me estan hablando? Voy a decir boludeces! Voy a decir boludeces!)... vociferaba cosas cómo “Aja, claro, en realidad…” y colgaba luego de pensar que yo pienso que en realidad debería de acordarme de qué demonios me hablaban para opinar y la conversación ya venció el tópico. Algo así.

Pero me quedó en limpio el concepto de “proyecto de ley”. Me puse a pensar dos cosas:
1) Ganaríamos muchísimo dinero con un bar denominado “Prohibido no fumar” (nada que ver con el proyecto de ley, pero es un lúcido proyecto comercial que escandalizaría a más de uno…).
2) En algún momento, en el viaje de vuelta en el 112, fui víctima –otra PUTA vez- de los giles infradotados que *ojaláqueelpoxirranlescorroaloscuartostraseros* que escuchan ese híbrido nauseabundo oligofrénico de “Hip hop cumbiero”. Esta gente, en líneas generales, lleva pantalones anchos, cochinos grasas collares de cadena de simil-plata (alguna maleación neurótica de acero con pintura gris), viseras, y el pelo meticulosamente corto a los costados (¿type skinhead?). Y claro, los señores (pedazo de inadaptado social! Puta del sistema! Rapero del culo!) llevan alguna radio a todo volumen y hacen que todo el colectivo rompa sus tímpanos escuchando su atrofiante música (juro que si tengo impulsos homicidas incontrolables voy a alegar que esos imberbes tienen la culpa). Entonces pensé, ¿por qué no presentar un proyecto de ley que prohíba a la gente escuchar música a todo volumen en los colectivos?

Porque, seriamente, veo que esto podría ser el comienzo de una caótica costumbre grasa: envenenarnos con su miseria cultural.

9.13.2007

Goran Brégovic y Kayah - Prawy do lewego



Esto, junto a unos buenos tragos de smirnoff, es lo que garantizaría lo que yo demonino "Wiiii this is fun!"

Deutscher Traum

Pensar en inglés no es el único rasgo freak que ostento, dado que ahora podemos adherir el "soñar en Alemán".

La trama del cuento no es lo curioso en cuestión, sino el hecho de que la palabra usada fuera exacta... siendo que la desconocía.

Uno de mis tantos sueños con subtes, en los que la tecnología rebasa la propia (podría ser un japón del año 2070), donde cada butaca del vagón tiene un sistema personal para pedir deseos. Entonces, cada persona configura aquello que desea, y todo el viaje consta de ir sorteando distintas pruebas que ameriten el cumplimiento del deseo.

Una pasajera de un subte, meticulosamente celeste (un tono casi tan turquesa como para quemar la retina), me empuja e insulta. Entonces, configuro numéricamente 4_9447_86_733_437_3323 (I wish to see her dead) y el tren empieza a andar frenéticamente estación por estación, la gente debe saltar, el sueño a mil kilómetros por hora, las rayas de la velocidad, la estación final:

verzählen

Llegando a la estación me incorporo y en el mismo sueño me pregunto qué querrá decir. El rostro de la señora comienza a ponerse azulado, y el cartel de "verzählen" comienza a titilar entre la palabra y un cronómetro en reversa: 5... verzählen... 4... ver... 3... ver... 2... ver... 1... se apaga, del mismo modo por el que se apaga la vida de la dama.

Ahora bien, lo curioso es que al despertarme (olvidando, claro, las diéresis) busco la palabra en cuestión en google... y resulta ser lo que en inglés se conoce como "miscount" o "descontar", algo bastante ceñido a la idea de un cronómetro en reversa.

9.11.2007

De caschibache (léase cashibaje) intelectual.

En la Universidad de Buenos Aires tienen la tendencia establecida de mandar a leer a Sarlo.

La señorita Beatriz parece gananrse la vida llenando nuestros ojos de ganzadas e ininterminables páginas escribiendo cosas que, realmente, no dejan nada en limpio, o dejan en limpio una obviedad tan grande que hasta dolería que fuera respuesta de parcial.

Lo curioso es que entré en contacto con Sarlo por otro medios, es decir, mi empleo, en el que debo tipear artículos periodísticos de tanto en tanto.

Ser periodista es algo que, honestamente, me haría tener orgasmos múltiples. Sueño con poder escribir sobre temas complejos, agudizando los conflictos, diluyendo aquello que la convención hace parte del asunto para descubrir verdades bajo la manta. Quiero ser periodista.

Ser periodista debería, al menos, llevar un trabajo árduo, no solo de investigación sino de relectura sobre lo dicho, autocomprensión sobre el escrito, corrección y re-corrección de lo ininteligible. Sabido es, ser periodista implica una cortesía para con el público lector: nutrir, esclarecer, respetar.

Pero, ¿cómo respetar aquello que, al parecer, no lleva siguiera un trabajo de relectura para establecer la correcta legibilidad del texto?

Palabras como:

microescena (en "La microescena desborda de reticencias" ¿alguien me explica qué es lo que hace que una escena sea "micro"?)
deceptivo (juro que ni la rae tiene idea de qué demonios sea "deceptivo")
tematizada ("la temática es" o "el tema corresponde a" o "ha sido proyectado cómo diferencia lingüistica y social" pero "tematizada como diferencia lingüística y social" suena a, como diría mi profesora dw Corrección, cocoliche)
experiencial (ahora resulta que son "mezclas experienciales", no una experiencia de mezclas ni algo que se dilucide por oposición con otras palabras. No, señor, no, señora... la cosa es "experiencial" que puede ser, digamos, algo salido de The X Files)
pasatistas (esa la sé! esa la sé! es lo que pasa... zuuuum)
nostalgiosas (no, claro, nostálgicas no es de uso común, miráaaaa si la mina iba a saber tamaño uso correcto del vocabulario)

Y sigue... cosas como la "inevitabilidad" en vez de "lo inevitable de" o conjunciones de palabras como "tardomodernistas" en vez de "modernistas tardíos"

Es que claro, me olvidaba que Deutsch y Spanisch eran más o menos lo mismo y, por supuesto, acá no quedás como aparatosa freak si hacés palabras conjugadas a la alemana, acá quedás como intelectual de primer nivel.

9.09.2007

(C)ex(Xx)

Cuando abrí el MSN desde mi hogar descubrí, asombrosamente, que la señorita C había adherido mi cuenta a una de sus nuevas adquisiciones (una de sus, digamos, más de 13 cuentas de mail).

Bien. Muy bien.

Esperé a que se conecte, aún en conocimiento de que la dama ama ostentar su misantropía: se nota que está conectada porque cambia la marca de su mail, aún así es harto evidente que lo hace en invisible mode.

Lo curioso es que comencé a extrañarla. Es evidente que las etapas relacionales entre mujeres hacen una curva oscilante.

Comenzando por la primer fase: el pico ascendente, the perfect temptation. La mujer rápidamente hace una camaleónica metamorfosis para con la otra mujer. Todo comienza por charlas de Internet que se estiran hasta las 5 o 6 de la mañana, compartir todos y cada uno de los clichés estéticos, leer los mismos libros, cortejar con rosas rojas, mirarse embelesadas los labios, tomar discretamente las manos, ir al baño a fotografiar los escotes prominentes, arrastrar a la compañera a alcoholizarse cada sábado para coquetear histéricamente y luego reprimirse compungida por las actitudes libertinas para, días luego, confesar a la propia madre que se tiene novia (sin haber aclarado antes a la teórica novia que la relación tenía dicho rótulo)

Más luego se da la segunda fase: estabilidad desestabilizada, me callo el imperativo. Nuestros compañeritos poseedores de ese instrumento inmundo denominado coloquialmente “pija” (yo prefiero el anticuado término pene) salen a la luz en el relato. Viene el planteo pertinente: me gustan demasiado los hombres. Viene la pertinente sangre hirviendo a temperaturas incomensurables, la mirada feroz, los ojos inyectados, los dientes clavados mandibuleando cuál éxtasis en su pico (+T6) y el cinismo hipócrita: “Ay, mi amor, pero yo quiero que seas feliz, si querés hacemos un trío, si querés tenés la libertad de salir con quien quieras, mi única intención es la garantía de ser tu amada”.

Cerrando con la tercera fase: la recaída, woman third world war. Nuestra esposa ficticia, esa que nos agobió durante noches enteras con sus depresiones y penurias, esa que intentamos educar en la ilusión utópica de que algún día sea nuestra compañera perfecta, esa que elegimos para envejecer y poder tocar sus canos cabellos y besar sus suaves labios el día del propio lecho de muerte… esa, la elegida, la perfecta, viene con su fatal anuncio: ayer me acosté con… Argh. Ok. Dale. Sí. Otro tema. Pero ella no hace más que replicar, dolorosamente, que tuvo orgasmos múltiples. El pene con patas en cuestión, entra a su página web a dejar mensajes eróticos, comienzan a tener códigos: empiezan a hervir los celos. Empezamos a criticar absolutamente todo y juramos –por la propia sangre de nuestras venas- que no hablaremos nunca más con la otra persona. Nos ponemos lacónicas. Serias. Nos enojamos. Somos cínicas, cortantes. Degradamos a la otra, la imbécil, la forra esquizoide que no sabe mantener una relación racional porque no tiene la capacidad de pensar con algo más interesante que la temperatura de su clítoris.

¡Forra! ¡Forra!

Pero por supuesto, luego desaparece todo contacto hasta que un día, sorpresivamente, la dama en cuestión nos adhiere.

Y nos encontramos, consternadas, ansiando que se conecte… extrañando sus letras… imaginando su mirada… inmortalizándola en letras.

9.08.2007

Sábado al alba...

... nada mejor que una pelirroja con su falda al viento para que los edificios grisáceos desnudos comiencen a emanar silbidos de urbana indecencia.

¡Cómo amo Buenos Aires!

9.07.2007

Mi abuela se casó a siete colores.

No sé si lo comenté alguna vez, pero mi abuela tan "políticamente correcta", sensatamente imbécil al denigrarse como mujer rebajándose a limpiarle el culo a su marido y hacer más de cinco comidas caseras por día, sin ningún tipo de progreso intelectual ni adelanto social, fue revolucionaria en su época.

Por empezar, iba a la iglesia de fuccia y con escote V.

La siguiente revolución fue cuando, por aquellos años locos (qué históricamente serían los 20, pero yo me refiero a una locura mucho más psicótica, impregnada en la entremezcla de guerras y revoluciones sociales, neurósis por doquier, transformación de los roles: 1940) de mi abuela, fue cuando se subió a una motocicleta digna de Tracy vestida con campera de cuero, pantalones chupinados y botas texanas, los cabellos dorados y el labial rojo, y anduvo por motocicleta por toda la ciudad.

Me he enterado también que la mujer gustaba de nadar desnuda (sin entrar en detalles, también gustaba de andar desnuda, pasé toda mi infancia avergonzada cuando salía en ropa interior a abrir la puerta, a la vista de todo traseúnte que anduviese por la vereda).

Pero lo verdaderamente incorrecto fue su vestido de bodas. Se hizo una pollera a 7 capas de tul, amarilla, roja, verde, fucsia, violeta, azul y celeste. Para colmo, por encima de la rodilla (¡terror con piernas!).

Cintura de avispa (ganándole a mis ex 64 centímetros), senos de 98, cabellos dorados... y todo un grito terror para la moda.


9.02.2007

Sueño vegetariano

Considerando una de esas cosas extremas, soñar con la libertad animal, cómo cuando en cada bocado de carne muerta, mi tráquea regurgita el pecado, el inodoro reclama la carne masacrada (carcomida), y mi asco avecina el dolor de la repulsiva imagen de súplica de la inocente carne, aquella que desconoce la tortura excepto cuando la liquidan en golpe seco de hacha.


Tengo, aproximadamente, 3 sueños por noche.

Uno de los más recurrentes, probablemente el más armagedónico, es el de una feria en Boedo, con distintos desenlaces. Es un sueño en tonos azules, blancos y negros. Comienzo caminando por el trayecto del puente, ya sin automóviles, llegando a su finalización en la que hay una gran feria, que en realidad es una especie de “Freak Show” al costado de una ruta (ya desentendiéndonos de Boedo). A su vez, en la feria hay una montaña rusa de agua en la que la gente viaja por galerías y cae a los costados, en un abismo de más de 10 metros dónde hay un mar que rompe contra la piedra y los cadáveres estallan, y es azaroso el caer o no, o más bien depende de una cuestión ética: la montaña rusa juzga el destino. Una vez sorteado, se designa a la persona a llevar el cuerpo de alguno de sus compañeros muertos, que luego de reventados contra las piedras pasan a una canaleta y quedan en un depósito, a una gran torre de cuerpos masacrados que funciona a modo de “escultura gigante” en la parte central de la feria. Además, tiene aires de telo, luces rojas y corazones humanos colgantes decorando toda el área. Luego, hay clásicas calesitas que llegada cierta hora desprenden sus caballos de la misma, y trotan hasta el acantilado y caen. Motivo por el cual, llegada la hora, suena una gran campana y la gente debe huir.

¿Dónde huyen?

La salida de ese freak show, en el que cantidades de enanos deformes y mujeres rasuradas mostrando su clítoris “animan” la feria, es volver al mundo real, a Boedo, sólo que ya no es Boedo. Ahora se convirtió en una ciudad rodeada de agua negruzca manchada con petróleo y alquitrán, en la que hay innumerables carreteras (que, en realidad, forman parte de las autopistas) que entrecruzan esta agua, y pequeñas zonas costeras en las que se pueden tomar barcos para ir a los puertos, lugares peligrosos debido a las violaciones, pero que constituyen paso obligado para los nuevos hogares.

Cuando surge la feria, el mundo crea una metamorfosis. La feria es, a modo simbólico, el armagedón en el que las almas son seleccionadas. Probablemente, el acantilado sea un camino al único cielo que yo reconozco: la verdadera muerte. En cambio, quienes sobreviven a la feria son aquellos que vuelven a la vida, sólo que esta vez la vida es un verdadero infierno pesquero. Entonces, nosotros debemos ir a la reconstrucción que hemos logrado de la vida misma: pequeñas casas de tela blanca que flotan sobre el mar, en el que el caminar se hace difícil y todo comienza a hundirse progresivamente.

Los ocre

El mundo ocre está aislado del mundo azul. Es un limbo, en el que las casas limitan con canales de agua dónde flotan cuerpos y diarios antiguos, en los que ya no existe el tiempo ni la comunicación, ni la TV ni la Internet ni los cafés. Tan sólo vivir relegado a ese cuadrado de tela flotando por encima del mar, limitando con otras casillas en las que se ven los espectros a través de la luz amarilla que refleja sus negros cuerpos sobre la blanca tela. Cada casa tiene su finalidad: estabilizarla. Para ello, hay un nivel de normalidad medido en agua y éter. El éter no es transparente cómo se creía, sino que fluctúa sus colores a razón de las emociones mismas de mi persona dormida. Todo venía maravillosamente bien, el agua acumulada en 10 centímetros ahogando mis pies, el éter ocre, el paradisíaco silencio… mis tres Betta Splenders azules, mi gata blanca ronroneando en mis tobillos, chapoteando en el agua.

Claro que la resolución del conflicto fue caótica cuando el aroma a pescado frito y carne asada comenzó a penetrar mi cocina: en una casa contigua, algún imbécil cocinaba carnes, pero la realidad es que absorbía la vida de mis mascotas que comenzaban a tornar sus escamas azuladas en grisáceo, a maullar lastimeramente, a hiperventilar su cuerpo y poner expresiones faciales personificadamente trágicas.

El éter empezó a tornarse rojizo, mientras mi ira aumentaba convirtiendo el aire en veneno, inundando toda la ciudad de agua ácida, oyendo los últimos quejidos de los habitantes, tomando aquellos peces en mis manos y llorando su propia sangre.

El cuerpo de la gata flotando en el agua, el último maullido flotando en mi mente... el agua se ha hecho vómito.