Breathe

Breathe
Nunca ha habido nada, pero todo lo que hay es mío.

1.30.2008

Punto. Final.

Tantos escritores y ¿para qué?

Acaso algunos lo hacen por el dinero, otros por una efímera y patética fama (Cohelo es emético como desayunar veneno para hormigas con copos de maíz azucarados) pero están aquellos otros que lo hacen por la verdad.

Respeto más a quienes lo hacen por la verdad pero, siendo honesta, me respeto más: escribo porque tengo la responsabilidad de encontrar a mi alma gemela.

Me lo pregunto todas y cada una de las veces que tengo ese libro frente a mí… La continuidad de los parques con su cuento Flor amarilla y que pasa sí, aunque la reencarnación fuera una locura, existiera esa reencarnación intelectual, él ya muerto y él viviendo mis pensamientos cuando yo no era, y ahora ser yo y también ser él, ¿por qué él no sería él siendo yo un él también?

Es que quizás haya un él que no sea él y que por eso sea también yo. Cómo no pensar que, quizás, algún silencioso intelectual está ocultando frágilmente mis partes en él, qué también me está escribiendo como yo lo estoy escribiendo y ya lo describí en Sick Sad Word, La continuidad del relato y Total eclipse of the letters.

“Quizás esté sucediendo, en este momento o en otro momento de otra persona”. Quizás esto mismo que siento esté dentro de alguien, ahora o hace años o en el momento más inesperado de mi vida. Quizás alguien también leyó a Julio y pensó que todo lo que era lo era otro, entonces, esto sucedió… en este momento y en otro momento de otra persona.

“Y pasa y se pregunta si quizás esto también será un sueño, escribir sobre un sueño, porque, porque…” Porque entonces el evanesciente deja vú, repentinamente todo color, aroma y textura es lisérgico, se impregna en el conocimiento de haber sido, ahí, en algún momento o en alguna imagen o en algún sueño pero tan preciso… ¿Y quizás esto también será un sueño? ¿qué será del sueño si es el sueño de otro? ¿qué será del cuento que relato si alguna vez otro lo imaginó?

Entonces somos uno.

Un solo cadáver exiquisito.

El relato que acaba.

Una novela que recién comienza.

1.19.2008

¿How not to...?

  • Aquello que este rouge contiene
  • Mis ojitos embelezados sobre tu mirada dentro mío
  • Sentirte para comunicarte aquello que no existe en palabras justas
  • Cada centímetro de piel erizada por el roce de tus caricias
  • Verme bella por el deseo, para alguien hermoso
  • Dedicarte mi pensar, porque sos una parte de mí
  • Ser delicada con nuestros sentimientos
  • Sentir tu respirar sobre mi aire
  • Desdibujar el "yo" para comenzar un interminable "nosotros"

1.08.2008

Augen

No puedo prometer no tocarte. No respirarte sería un crímen.

Aún así me dejás casi sin aire. Sin comprensión de los actos. Los sentidos, atontados por sentirte, se mueven y se conjugan hasta obnubilar los hechos. Dije los hechos, no debería. No es correcto. Digo hechos para no decir emociones, porque los hechos se pueden ocultar pero las emociones se translucen en una mirada.

-No dejes de mirarme -te dije.

No encontré palabras para definir lo que me hacés sentir. Tantos años de literatura. Tantos diccionarios. Tantas palabras que definen objetos y es tan fácil. Un objeto se define con características concretas. Sentidos. Pero, qué curioso, es tan fácil saber lo que percibimos por un sentido pero tan imposible describir el sentimiento que nuestros sentidos provocan. Las palabras son incapaces de describir una emoción. No me refiero a no poder decir "siento como si me fuera a quebrar ahora mismo". Me refiero a quebrarse y que la descripción, sencillamente, sea tan poco. Me refiero a sentirse frágil. Me refiero a sentir que me hacés sentir tan viva que, quizás, describir la vida es imposible.

La vida es esa cosa misteriosa que sucede pocas veces.

Curiosamente, cuando no hay palabras.