Breathe

Breathe
Nunca ha habido nada, pero todo lo que hay es mío.

5.15.2007

Clásicos contemporáneos.

Mi vieja sacó un seguro de vida.
Yo no sé si lo hace para probar a ver si a mi mente se le ocurre una estretegia, similar a la de sixth sense cuando la madre envenenaba a la hija con la comida, para cobrarlo.

Pero mejor dicho, mejor pensado, es una estrategia de posesión. La amenaza ahora no es mi muerte, es la muerte de ella y mi incapacidad para ser independiente. En ese punto, la amenaza sería mi imbecilidad capital. La incapacidad para concebirme empleada con un buen sueldo, con una independencia digna de negarme a usar ese burgués papel higiénico perfumado con perritos grabados en la doble faz (… solo a ella se le ocurre semejante aberración horripilante para limpiarse el culo).

-Pero yo no te dejo herencia, en cambio, si me pasa algo, siempre vas a poder contar conmigo –dice de una manera contemplativa que le atenúa esos rasgos de rigidez.
-No, a ver, si te morís yo heredo un departamento de cuatro ambientes, con 3 televisores (¿para qué mierda quiero 3 televisores, si yo no veo ni uno?), mampara en el baño, duchador, extractor, estufas de tiro balanceado en toda la casa, ventilación de quiénsabequésistemaquetedejamoqueandohastalatraqueaenteraa, patio, etc.
-Pero tenés que pagar las expensas –me dice.
-¿Pero para qué mierda quiero un departamento de cuatro ambientes? A ver, lo vendo y me compro un ph antiguo, como siempre soñé. –le replico.
-Bueno, ¿para qué te lo dije? Vos lo cobrás y punto, ya hablé con tu padrino para que te administre la plata –me dice.
-¿¡Qué administrarme que!? ¿¡Vos te creés que si te morís, en pleno duelo voy a estar pensando en negocios!? –le digo indignada.
-Bueno, pero tenés que comprarte euros y no podés guardar la plata debajo de la almohada como harías vos –me replica.
-A ver, mamá, ¿por qué no me pagás danza clásica en vez de pagar un seguro de vida?

Porque es así de seguro que en la vida de los Wirth, las herencias tienen que ser todo un puto clásico cabaretero, algo bien lejano a mis intenciones de bailar tango jazz.