Breathe

Breathe
Nunca ha habido nada, pero todo lo que hay es mío.

12.14.2007

Cuestión de prioridades

Así decidió titularlo él. Es un él desconocido en Facebook, uno de esos él que no sé si realmente importaría tenerlo en el listado de friends. Un él que no sé si quiero conocer. Un él interesante que sencillamente mandó un privado y me sorprendió.

Fue como si tuviera una pluma mágica. Tardé en responderle, pues lo dicho fue profundo, bizarro, bohemio. Como si él, de repente, encontrara un reflejo mío y supiera que decir.

Así, sin más. Así, despacio pero rápidamente, le respondí. Qué me lea y que me conozca cuando no me conoce. Pero que conzca mi cabeza, que es mi parte más bonita (humildad aparte).

Quería compartirles a todos la conversación, porque hay algo allí que me parece valioso:

A: El conocimiento es hermoso, pero como la mayoria de la cosas hermosas que ofrece este mundo, no devuelve el amor que se le da.

Permitime recomendarte un libro, "Kafka en la orilla" de Haruki Murakami.

Yo: Lo maravilloso del amor, propiamente dicho, es que es el acto más egoísta que ejecutamos. Cuando amamos no esperamos nada a cambio. Cuando conozco no espero utilidad, tan solo se impregna, así, como se impregna un buen perfume en nuestro placer. Lo verdaderamente bello es conocer aquello que le es desconocido a la mayoría...

Será por eso que jamás pude leer a Cohelo.

No conozco a Haruki Murakami pero en la semana quizás pase por Corrientes y pregunte por el libro. Kafka me gusta. Los autores orientales, en líneas generales, me agradan muchísimo, particularmente cuando escriben en prosa, tal y como lo hace Mishima.

A: El amar la gnosis y buscar la iluminación puede parecer un fin mas alto, una motivación mas pura que la tan ordinaria avaricia, sin embargo tanto el conocimiento como el dinero, ambos son poder (Parafraseando a Francis Bacon). Buscar el conocimiento o buscar el dinero son diferentes formas de una misma búsqueda, la del poder, la superioridad. Son estos dos amores en realidad uno, el amor a si mismo.

No quiero que me malentiendas, Natalia, el amor al propio ser es sano. Pero el exceso de este amor, o el mal enfoque del amor en general, es la raíz de todos los males en nuestras sociedades.

Para facilitarte un poco la búsqueda, Kafka en la orilla es parte de la colección “andanzas” de “Tusquets editores”.

Yo: Pero ¿qué pasa si el poder da poder a aquellos que lo carecen? El dinero es un material transmisible y el conocimiento también puede ser un bien cultural igualmente transmisible. Lo hermoso es que el dinero siempre vale lo mismo en cambio al conocimiento lo moldeamos nostros. Sí, ambos dos se amplían, con los bienes de producción alguien puede desarrollar beneficios económicos. Como el concimiento también existe la especialización... lo hermoso de la búsqueda es que al amor a uno mismo es el conocimiento y no el dinero :) La búsqueda de conocer quiénes realmente somos. Y ¿no es acaso esa búsqueda equivalente al conocimiento? Siempre nos demolemos y nos reestructuramos, siempre nos superamos, nos sorprendemos, nos enteramos de lo que somos a cada paso y, aún así, habrán plenas experiencias que nos depare descubrir y habrá miles de modos, todo ellos distintos, de llegar a lo que creemos que es nuestra verdad, para más tarde descubrir que esas verdades no siempre son rigurosas y que existen otras formas... más o menos ciertas.... de vivir y de crecer.

El problema es que el conocimiento también es un arma peligrosa. Conocer no implica la ética de ningún modo. De hecho, la humildad de -reconocer- que no conocemos lu suficiente es lo único que nos garantiza no aletargarnos en los laureles.

Saludos!

Me gusta esta conversación :)

A: Quizás el mas valioso de los conocimientos es el conocimiento de uno mismo, que nos muestra nuestros límites, que nos permite dominar nuestro propio ser. Sin embargo ¿cuanto conocemos realmente de nosotros mismos? Todos nuestros sentidos nos dibujan una realidad en la que estamos prácticamente tácitos, las estimulaciones son externas a nosotros, ni siquiera vemos nuestra propia cara. Solo nos conocemos por medio de otros, de la misma forma en que un objeto se reconoce como unidad en tanto tiene limites marcados del resto de la materia, nuestras personalidades son en cuanto difieren de las demás alrededor nuestro. Somos una sociedad por cuanto hay cierto equilibrio entre lo que tenemos en común y lo que no, formando una armonía.

Si somos incapaces de conocernos a nosotros mismo por medio nuestro, el hombre en completa soledad no existe ya que si nadie lo conoce nadie marca límites, sin los cual no hay unidad, se perdería en el vació como el gas al expandirse.

Esto plantea algo paradójico en lo que no me voy a explayar por algunas razones, una de ellas es que se están haciendo las 3 de la mañana mientras escribo esto : ). De todas formas ya tendré otra oportunidad.

Discúlpame si soy muy atrevido al preguntar ¿qué es el amor?.

Yo: Ese plantéo es un plantéo que yo solía explayar varias veces. Cierto día, me dí cuenta de que ya casi había perdido contacto con la realidad. Drogas. Me desconocía y no me conocía por contrastación con otros. Otros no eran un espejo en el que verme por su perspectiva. Sencillamente, no pasaba un segundo del día en contacto conmigo misma. El ser no es sin un conjunto que lo amolda. Somos, de hecho, por el contexto en el que nacemos. Pensá que jamás tendríamos la personalidad que forjamos si viviéramos en "La cumbrecita" y el alba fuera un cuadro de Dalí cada día... pero somos por este posmodernismo que nos rodea, una glorificación de lo trash pero con una valoración cultural que lo exime del término.

¿Qué es el amor?

Es amar a aquel que nos refleja el otro. Es amar nuestros comportamientos por el otro. Es amarnos por querer compartirlo con el otro. Es descubrir nuestras virtudes mediante el placer que damos. Es descubrir que el orgasmo en realidad no se parece a ningún cosquilleo que se siente al tener sexo, sino que el orgasmo se parece a entrar dentro de la otra persona y mirarla como si fueran un solo cuerpo, es que cada movimiento vaya al unísono, es que esa unión sexual se transfiera en mis gestos cotidianos y, repentinamente, que ese sentimiento quiera ser dejar de pensar y perdernos en la nebulosa de ideas, para empezar a crear algo concreto, algo real: poner en palabras lo que sentimos y lo que creemos.