Breathe

Breathe
Nunca ha habido nada, pero todo lo que hay es mío.

6.16.2007

Good girls don't cry, dad.

Está bien. Mañana es el primer día. No de mi vida, no de la tuya, sino de la nuestra.

Mañana es aquel día que estuvo vacío de tus palabras y eso no cambió. ¿Entonces para qué? Desconocido sobre mis palabras y solo eso, quizás una extraña sonrisa o una caricia sobre mi cabello y la repugnancia.

Porque recuerdo y pienso todos aquellos que podrían haber sido vos pero no lo fueron pero podrían y si podrían ¿por qué no podrías serlo vos? Podrías y mi voz quebrada entonces, o decirte feliz día y ¿para qué?

Tu nena odia la hipocresía y borremos el tu. La nena, prefiero así, la nena de nadie, la nena de la nada como ha sido toda la vida, la nena de nadie, la nena de un fantasma y una sirena monetaria que solo complacía caprichitos, entre golpe y llanto pero Girls Don’t Cry, girls can’t cry, girls must not cry, girls shold no… Good girls don’t.

Así, el silencio y mejor que no llore, mejor que te escriba algo que en realidad sería una puteada pero hagamos como que no. Papel en blanco y omitamos el querido. ¿Omitimos también la palabra papá? Podría, sí, podría, porque ya que estamos ¿Qué es un padre ausente?

Ni siquiera me parezco a vos, en nada, ni en tu estúpida ignorancia ni en tu estúpida hipocresía y gracias. Muchas gracias por nada.

Gracias por no llamarme en un mes y medio, así me doy cuenta que no pertenezco en nada, quizás solo fuiste eso, un espermatozoide que se juntó con un óvulo y bueno… ¿Deseada por qué? ¿Por la crueldad de traerme a este mundo?

Para que me quieran los fantasmas del querer, las notas que no sirven para nada, la pendejita oveja negra o perfecta (depende del cristal con que se me mire). Esa. La que no es capaz de llorarte y nunca lo fue o la que quiere hacerlo en silencio, la que sencillamente está sentada mirando una pantalla y evadiendo la carta.

Atte. y La puta que te parió, sería un buen final.

Sí, me gusta. Atentamente y la puta que te parió. La concha de tu madre no, porque la dama es educada, siempre le transmitieron los buenos y hermosos valores de odiar.

¿Sabés qué? Muy bien, me saqué un diez en la materia. Pero no me sale del todo bien, de lo pragmático a lo teórico hay largo trecho. No sé si te odio, creo que más bien siento lástima.

I am so angry” dice ahora la canción de mi reproductor.

¿Te puedo reproducir algo similar?

“Estimado extraño: Le escribo estas letras desde mi cercenado corazón, para expresarle el descontento que en este momento irisa mi piel. De mis labios tersos saldría una vomitada, por ejemplo ¡Puaj! Es usted un imbécil. Muchas gracias por nada. Atte. Y vayasé a la mierda, su hija”

Porque… porque… no hay nada que te distancie de esos cuerpos de 40 y pico que gozaron de mi cuerpo, no hay nada que te distancie de esos imbéciles. No te conozco más que a ellos. De hecho… te conozco menos.

Mama has killed a man” dice ahora la canción.

(doesn’t really matters to me).

Y pienso… ¿Para qué te conocí?
¿No habría, digamos, sido más prudente mantener la indiferencia?

(so you thing you can love me and leave me to die?)

Porque la indiferencia al menos no se relaciona con el amor, no, es la más pura muestra de asco y ahora, maldita sea, siento algo parecido a la lástima, algo relacionado con algo más íntimo, algo más profundo y se dibuja una O y que no se dibuje porque no, porque te juro, te juro y te recontra juro, que no voy a demostrar cuanto te lloraría si no fuera porque mi alma ya es un árido paraíso que desconoce el sentimiento.

Gracias por nada.

Nothing really matters, anyone can see… nothing really matters to me… Anyway the wind blows.

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